Acerca de mi

Me llamo Juliana Cella y me dicen Juli. Vivo con mi familia en Neuquén Capital.

Amo leer, estudiar, decorar tortas y hacer tarjetas de recortes de papel. Estudié un poco de letras y bastante de RRHH y trabajé de eso por varios años, hasta que decidí darle un giro a mi vida y dedicarme 100% a mi emprendimiento Sra. Cereza, en donde enseño a otras maravillosas mujeres a decorar tortas.

Se podría decir que llevo la decoración de tortas en la sangre. Mi abuela paterna estudió decoración de tortas junto con mi tía y hacían una dupla de decoración fantástica. Juntas hicieron las tortas para las bodas de todos hijos de mi abuela y para todos los cumpleaños que han podido de sus quince nietos (incluidos cumpleaños de 15). Como yo vivía con mi familia en otra ciudad, mi abuela se encargaba de mandarnos todos los años una torta decorada por encomienda para cada cumple. Recibir la torta (que era con decoración sorpresa y que ¡por suerte siempre llegó intacta!) era EL momento feliz de mi cumpleaños y el de mis hermanos. ¡Abrir la caja llena de olor a fondant era casi mágico! Cada vez que iba a visitar a mi abuela y estaba decorando, me quedaba mirando cada detalle de lo que hacía y cuando no decoraba, yo pasaba horas hojeando sus libros y revistas de decoración.

Cuando nació mi hija, en el 2001, decidí que le quería hacer las tortas decoradas, como me hacía mi abuela y tuve la suerte de contar con su ayuda al principio y, si bien después ella ya no pudo decorar más, yo seguí con ese ritual cada año. Para mí, quedarme la noche previa al cumple haciéndole la torta es tan importante como el festejo mismo. Es algo que yo hago exclusivamente, con todo mi amor, para ella. Cada vez que decoro mi hermana entra a mi casa y me dice “¡mmm que olorcito a la casa de la abuela!”

Con el tiempo, fui mejorando mis técnicas y mis amigos me empezaran a pedir que les haga las tortas para sus hijos y seres queridos y de a poco fue surgiendo la idea de Sra. Cereza, que nació originalmente como un emprendimiento para vender tortas y con el pasar del tiempo se fue transformando en lo que es hoy. Enseñando a decorar a otras mamás, tías, amigas, abuelas y emprendedoras, siento que pongo mi granito de arena en los festejos y ayudo a que más personas puedan crear hermosos recuerdos llenos de olor a fondant y mucho amor.

 

❤ Dedicado a mi abuela Lydia ❤